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Javier Rodriguez

Amateurismo, amor y pasión.

Actualizado: 19 dic 2022

Sábado de fútbol. Son 4 series de partidos entre Santa María versus Bandera de Chile en la localidad de Los Álamos, bien al interior de la comuna de Cumpeo, en la Región del Maule. La cancha tiene una pequeña gradería que está repleta, y al rededor de la cancha (con el cesped impecable) se reparten espectadores de pie y en suelo. Algunos de ellos nunca han ido a un estadio "de verdad" y es su única chance de ver fútbol en vivo y en directo.


El partido de 3ra categoría, fue una chambonada: terminó 0-0 sin ningún tiro al arco. El de 2da, un poco mejor, fue 1-0 con un golazo de tiro libre de otro partido. Turno de los Seniors, "los viejos cracks"; lento por su naturaleza pero lleno de lujos.


Hora del partido 1ra categoría, el más importante. Importante porque promete buen fútbol y porque es el partido por los puntos del sistema de campeonatos de la Asociación de Fútbol Rural, ANFUR. Fue un partidazo de ida y vuelta, que lo ganó Santa María en la agonía luego de un centro desde un tiro de esquina y definido por un hermoso cabezazo del "9", el único jugador pagado del equipo y que no recibe más dinero que lo que cuesta una pelota nueva.


El Club Santa María, como todos los de su categoría, tiene una pequeña sede, una mediagua al costado de la cancha donde se realizan las reuniones de los socios y sirve de bodega para las pelotas, indumentaria y los alimentos y bebestibles que se venden durante la jornada. Todo es pura autogestión. Se cobra una módica entrada a todo quien entra, incluidos jugadores. Este dinero, sumado al de las venta del "kioskito", al de "pagar la camiseta" (monto que cada jugador paga por poder entrar a jugar) y a las cuotas de los socios que rara vez están al día, sirven para pagarle a los árbitros e ir acumulando para cubrir los gastos de mantención de la cancha, de las pelotas y de las camisetas.


Del Club Santa María han salido un puñado de jugadores que saltaron del amateurismo al mundo profesional. Uno de ellos jugó en Primera División por una temporada, diluyendo su carrera a equipos de Segunda. De otros de los centenares de clubes similares al Santa Marta, han salido estrellas nacionales que han triunfado no solo en el país, sino que han brillado en el extranjero y han sido pieza fundamental en el futbol de Selección.


Desde pasarlo bien y hacer un poco de deporte un sábado en la tarde, desde sentirte joven aunque tengas más de 60, hasta soñar que te transformas en uno de tus ídolos, en un superhéroe que va a dar el golpe final al rival y se va a llevar el aplauso y algarabía de las decenas de personas que te miran con atención.

Como el Club Santa María, hay incontables de clubes de fútbol amateur que desde la autogestión y el amor por el fútbol, levantan todos los fines de semana largas jornadas deportivas y recreativas donde todo el que quiera puede ponerse la camiseta y saltar a la cancha. Y lo que sucede en la mente de cada uno de los que deciden participar es un mundo en sí mismo. Desde pasarlo bien y hacer un poco de deporte un sábado en la tarde, desde sentirte joven aunque tengas más de 60, hasta soñar que te transformas en uno de tus ídolos, en un superhéroe que va a dar el golpe final al rival y se va a llevar el aplauso y algarabía de las decenas de personas que te miran con atención.


Se terminó el partido, todos contentos. Ganadores y perdedores se quedan en el "tercer tiempo", que se alarga hasta altas horas de la madrugada. El próximo fin de semana será lo mismo, pero en otra cancha, donde tempranito la pelota rodará y se vivirá la alegría del fútbol.


¿Sería justo que un futbolista que alcanzó en mayor o menor medida el profesionalismo, volcara sus críticas hacia clubes como el Santa María? Claro que no, carece de toda lógica.


¿Sería sano que un club debutante en la serie más baja del profesionalismo tuviera la astucia de desmerecer la calidad de fútbol que se puede observar en la Asociación Rural? Por todos lados sería una vergüenza.


¿Tendría sentido comparar al Santa María con un equipo nacional de 1ra o 2da división? No tendría ningún sentido.


Todas estas preguntas me llevan a extrapolar lo descrito al mundo de la Lucha Libre nacional, y siempre termino confundido y con la boca amarga.


Dentro del mundo de la Lucha Libre en Chile, es muy común desmerecer a las promociones más humildes, más pequeñas y con menos recursos, las que a punta de esfuerzo y sacrificio pueden levantar un show. Existe una fijación en exponerlas y vapulearlas y mirar solo lo malo, solo los errores y estigmatizarlas de por vida.


En todos estos niveles, el denominador común es el amor y la pasión por la Lucha Libre. Muchas personas a puro corazón levantan eventos a lugares donde construir una promoción de Lucha Libre sería impensado, donde la cantidad de público se podría contar con los dedos de ambas manos.

Existe una necesidad constante de que todo sea "profesional", una búsqueda odiosa de pulcridad y de que todo obligatoriamente sea de primer nivel. Es entendible la intención de que la "calidad" del espectáculo siempre vaya en subida, pero la solución no pasa por la idea maniquea de "erradicar" a los que no son tan buenos. Es una mala intención que se puede oler a lo lejos desde la boca de los malhablados. Muy al pesar de ellos e incluso si la mayoría alcanza cierto "estándar", siempre van a existir promociones, eventos y luchadores de primer, segundo, tercer y "x" nivel. Porque en todo deporte y disciplina siempre existirán quienes solo quieren practicarlos simplemente por gusto, sin necesariamente querer transformarse poco menos que en deportista olímpico.


En todos estos niveles, el denominador común es el amor y la pasión por la Lucha Libre. Muchas personas a puro corazón levantan eventos a lugares donde construir una promoción de Lucha Libre sería impensado, donde la cantidad de público se podría contar con los dedos de ambas manos. Y cargarle la mata a ellos porque "sus shows son malos", porque sus luchadores "son malos", me parece por lo bajo injusto. Y lo que me parece aún más terrible es que esto provenga de algunos de los que se suben al ring o que están tras bambalinas, de aquellos que promueven el "profesionalismo" como un dogma recalcitrante y no se dan cuenta que, al igual que en el Club Santa María, desde cualquier promoción, desde cualquier parte de Chile, pueden salir talentos que suban el manoseado nivel, cumpliéndose de esta forma sus deseos.


Guardando las proporciones, hace falta tener una perspectiva similar al de Indies en USA vs Empresas globales. Las primeras son un semillero de las estrellas del mañana, son quienes llevan los espectáculos donde el "primer nivel" no llega, teniendo muchas más libertades a nivel de performance. El "negocio" de la lucha libre allí es entendido de esa manera...


Un fenómeno a tener en cuenta es el de la conformación, organización y administración de la inmensa mayoría de las promociones chilenas. Solo un puñado cuenta con un modelo de negocio, y solo algunas de estas podrían tener una empresa verdaderamente rentable. El resto, con mayor o menor ingreso pecuniario, se acercan bastante al funcionamiento del Club Santa María.


Por todo lo anterior, es posible sostener que en Chile, siguiendo con mi metáfora futbolera, no hay una liga profesional. Podríamos decir que uno o dos equipos tienen un excelente nivel. Pero el resto no supera el amateurismo y esa es la realidad. Muchos creen que tienen el nivel y organización de un club de Primera División y se sienten en la posición de decirle al resto qué hacer y qué no hacer. Apuntan con el dedo y hacer gárgaras con quienes están, supuestamente, por debajo de ellos. Y se les infla el pecho por su pequeña casa feudal, que para ellos es una castillo fortificado impenetrable. Una miopía absoluta y tóxica.


Quiero aclarar que para mí el amateurismo no es algo malo, muy por el contrario: da pie para materializar un crecimiento enorme y que está muy bien cimentado por los pioneros de la lucha contemporánea chilena. Creo que a muchos les falta poner los pies sobre la tierra y tener un baño de humildad, porque hace no muchos años las condiciones tanto de la formación de luchadores como la producción de eventos eran aún peores en todo sentido. La vaca nunca se acuerda cuando fue ternero.


En la historia han existido muchos Clubes Santa María que con el pasar del tiempo se han inscrito en la historia del deporte nacional e internacional. Y los que alguna vez no daban un peso por ellos e intentaron bajarlos a zancadillas y manotazos, murieron en la completa intrascendencia.

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